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Se abre en el paraje conocido como El Montecillo, en la zona de borde del bosque de pinos y enebros que cubre la ladera oriental del monte Ardal. Para llegar a ella, se ha de tomar la pista que parte del PK 7'9 de la carreta que une San Leonardo de Yagüe con Santa Mª de las Hoyas. Por la pista forestal se descubre, pasada la Sima de la Basílica, una cavidad al borde mismo del camino, marcada en el terreno como A6, y que debe corresponder a la MA20 del mapa facilitado en Las Cavidades del Cañón del Río Lobos, de la Agrupación Espeleológica GET-Madrid. Un poco más atrás, a unos 20 metros, se abre un camino a la izquierda de la pista. Si no disponemos de un todoterreno, en este lugar es donde habrá que dejar el coche. Siguiendo por este camino, llegamos a pasar por la boca de entrada de la Sima MA11. Dejando esta a la derecha, continuamos por la misma senda y un poco más arriba, también a la derecha, se abre la boca de la Sima de los Candelones. Las ramas que hay dentro de la cavidad pueden ocultar el fondo del pozo. La bajada se hace en una vertical de 10 metros entre musgo, helechos y árboles y arbustos situados a media pared.

Se accede por un P10 circular en el que se ha equipado una cabecera con 2 spit que comienzan un pasamanos de seguridad que posibilitan llegar a un fraccionamiento que nos sitúa en la vertical del pozo. A media pared encontramos otro spit donde conviene equipar un fraccionamiento. Dicho pozo desemboca en el lateral de una sala de forma alargada y dividida en su centro por una elevación del suelo y en cuyo techo pueden observarse formaciones estalactíticas y pendants. Después de atravesar una ventana entre columnas, se llega a la sala del Pozo, en donde se abre un P15 que da acceso a un reducido piso inferior y que merece la pena visitar por la profusión de concrecciones. Pasando este pozo por la derecha, se abre una sala de grandes dimensiones en pronunciada pendiente con grandes bloques producto de desplomes y bajo el cual puede descubrirse un falso piso inferior. Prácticamente por todas partes, pero sobre todo por los laterales existen formaciones de gran belleza.

Tras salir del falso piso inferior, se llega en una fuerte rampa a una cresta en la que comienza el descenso hacia el P15 cuyo fondo es la máxima profundidad de la cavidad (-45 m.). Hay que tener cuidado en esta cresta debido a que es muy resbaladiza y da directamente al P15. Justo a la derecha según se llega a la cresta, aparecen dos spits para montar una cabecera que nos permita bajar el pozo. Según se mira este, por la parte izquierda, podemos encontrar un fraccionamiento que nos sitúa ya en la vertical tras destrepar una corta rampa. Unos metros más abajo y sobre una panza de la roca que no es sino una colada, se encuentra otro fraccionamiento. Desde él se continúa el descenso en volado hasta el fondo del pozo, el cual se encuentra en rampa. En la parte baja de esta se halla un conducto estrecho que nos lleva hasta la parte más baja de la cavidad.

Volviendo a la cresta de arriba, podemos observar que en la pared del fondo, a unos 25 m. de altura desde el fondo del pozo, se abre una ventana que comunica con una pequeña sala que termina cerrándose por colmatación y a la que se accede por una travesía en la pared derecha según se mira hacia el fondo.

Destacan las grandes dimensiones de esta sala llegando a tener hasta 30 m. de ancho y 50 m. de longitud. Calculamos una altura de unos 20 m. desde la cresta anterior al Pozo hasta el techo.

A lo largo de toda la cavidad afloran formaciones de gran belleza con las que hay que tener un gran cuidado para evitar su deterioro.