Instalaciones Las instalaciones son los soportes físicos que debidamente colocados sirven como medio de progresión y seguro. Para realizarlas, son necesarias la cuerda y unos puntos de anclaje donde situarla. Pero antes de ver las distintas instalaciones que se pueden realizar, es importante saber cómo colocar los puntos fijos:
Instalaciones más usuales. Las instalaciones más importantes y que mejor debiéramos dominar son las cabeceras, fraccionamientos, desviadores, pasamanos y tirolinas. Puntos comunes a todas ellas, son:
Teniendo en cuenta estas normas generales, veamos ahora como realizar cada una de las instalaciones. Cabecera: La cabecera es el lugar donde comienza la instalación y el punto a partir del cual dependemos de la cuerda como medio de progresión y/o seguro. Toda cabecera siempre deberá tener, cuando menos, dos puntos de anclaje: el principal, del que se suspenderá la carga, y el de seguro, que actuará en caso de que falle el principal. Es posible, que ambos puntos de anclaje estén a la misma altura. Entonces procederemos a montar lo que se llama un Anclaje en Y. En estos anclajes la carga queda repartida en dos puntos. Se utiliza cuando no podemos fiarnos demasiado de que la piedra o el material que utilizamos resista la carga a la que se verá sometido.
El anclaje en Y se puede conseguir mediante un ocho doble,tres nudos de nueve o dos cintas de cordino, aunque la mejor opción es un nudo de nueve con dos gazas, que además autorregula la distancia a cada uno de los anclajes.El asunto consiste en intentar que el ángulo que forman los dos anclajes con respecto al punto que sujeta la carga esté ligeramente por encima de 60o grados.
Si tenemos dificultad para confeccionar el anclaje tal y como lo hemos descrito, podemos utilizar la técnica del anclaje autorregulable que se ajusta sólo e incluso posibilita, además, tener algún punto de anclaje más.
En caso de que no sea necesario o no sea posible colocar un anclaje en Y, podemos colocarlos superpuestos, teniendo en cuenta, de manera general, que hay que colocar el anclaje principal por debajo del de seguro. La razón de ello es evitar que el factor de caída sea mayor que uno. El factor de caída es el coeficiente que indica la relación existente entre los metros de caída y la longitud de la cuerda que absorbe dicha caída (es decir, el número de metros de caída dividido entre los metros de cuerda que nos separan del último anclaje de seguro). Las cuerdas de escalada (dinámicas) poseen gran elasticidad y pueden soportar, sin romperse, caídas del factor dos. La escasa elasticidad de las cuerdas usadas en espeleo (estáticas) no les permite soportar caídas que superen el factor uno. No obstante, no es sólo la cuerda quien absorbe la fuerza de choque, sino también el material colocado en la instalación (mosquetones, placas, etc.), que en espeleología, no puede tener un factor mayor que uno si queremos que realmente nos sujete. También el espeleólogo absorbe la fuerza de choque. Cuanto mayor sea esta, mayores serán las lesiones y más graves. Hay peligro real de muerte en caídas que superen el factor máximo de la cuerda. Es decir: en escalada (cuerda dinámica), se produce la muerte por encima del factor dos; en espeleo (cuerda estática), se produce la muerte si el factor de caída es mayor que uno. No podemos, por tanto, descuidarnos con estas cosas. En el esquema vemos qué ocurriría si el anclaje principal estuviese situado medio metro por encima del seguro: si el espeleólogo estuviese arriba del todo, en el lugar indicado como uno, moriría. Según vaya estando más abajo, el factor de caída se va reduciendo porque hay muchos más metros de cuerda que absorben la fuerza de este.
Sin embargo, hay ocasiones en las que no es posible colocar el anclaje principal más bajo que el de seguro. Entonces, habría que colocar un nudo de nueve por debajo de la altura del que sirva de seguro, como puede verse en el dibujo. Otro factor que hay que tener en cuenta, es que a la hora de empezar el rápel, el anclaje principal debe quedar por encima de nuestra cintura. Si no, tendríamos un factor de caída de uno o superior.
Fraccionamiento: El fraccionamiento se utiliza, principalmente, para evitar los roces de la cuerda con la pared, para evitar una cascada de agua que brote a media altura o para acceder a repisas y galerías que quedan colgadas en la pared. En tiros de cuerda muy largos, como grandes pozos, también agiliza la progresión, de ascenso o de descenso, porque una vez superado por un espeleólogo, puede comenzar a ser utilizado por otro. Esto no sería posible en un mismo largo donde ya cuelga alguien.
El fraccionamiento supone anclar la cuerda, mediante un nudo de nueve, en principio, en un solo punto de anclaje, salvo que por la poca seguridad que prometa pensemos que es preferible montarlo doble. En él es muy importante ver como queda el mosquetón. Si este queda muy forzado al colgar de la placa, se alarga el sistema mediante un nudo de alondra para que el mosquetón se sitúe en el punto más adecuado. Los mosquetones para este tipo de anclaje deben ser de seguridad. Los anclajes pueden ser naturales (rocas, aros de roca, bases de estalagmitas, etc.) o artificiales (placas o fisureros). Cuando quede poca cuerda desde un fraccionamiento, es preferible perder unos pocos metros y realizar en él el empalme de una cuerda nueva. Cuando se deban unir dos cuerdas en un fraccionamiento, las gazas de los nudos deberán estar entrelazadas, de manera que si el anclaje se suelta, no caeríamos al vacío, sino que continuaríamos colgados de la cuerda anterior. Este empalme de cuerdas se realiza mediante dos nudos nueve, uno de los cuales es preciso hacerlo por chicote para poder pasarlo por la gaza del anterior. Otro elemento muy importante es que hay que dejar una comba en la cuerda superior, ya que si no, no podríamos descender por la cuerda en tensión, ni podríamos colocar los instrumentos de progresión en el ascenso. La comba, no debe ser, por tanto, muy corta. Pero tampoco puede ser tan larga que no llegásemos con la mano desde su punto más bajo al anclaje. Además, una comba muy larga aumenta el factor de caída.
Desviadores: Sirven para alejar o separar la cuerda de las paredes de la cavidad y/o para centrar la cuerda de manera que se posibilite el rápel en aéreo (siempre más seguro en espeleo). Consta básicamente de un anillo, o de una cinta exprés fijada a un anclaje que puede ser natural o artificial. No lleva ningún nudo, y por lo tanto no consume cuerda. La carga la soporta el anclaje en el que está fijada la instalación. Esto hace que se puedan colocar en anclajes menos resistentes que el principal. Para su montaje se realiza una maniobra de péndulo que ya describiremos. Pasamanos: Se montan para asegurar el acceso a los pozos, desviar la instalación de una caída de agua acceder a galerías colgadas, flanquear pozos, lagos, marmitas... En general, se usa para posibilitar un desplazamiento lateral con ayuda de cuerda. Para su instalación se debe elegir un punto (o dos) de anclaje inicial a partir del cual iremos progresando. La colocación del siguiente anclaje vendrá condicionado por la distancia que podamos avanzar. Si la distancia es considerable, al final se debieran colocar otros dos anclajes, sobre todo si se trata de una cabecera. Se debe procurar que todos los anclajes queden, aproximadamente, a la misma altura para evitar factores de caída peligrosos. Los pasamanos pueden ser de dos tipos: 1. DE SEGURO: Se colocan en lugares donde no sería necesario hacerlo, pero así se previene un posible accidente debido a un resbalón o a un descuido. Es importante que aunque sea de seguro esté bien montado, ya que en caso de accidente, las cosas se podrían complicar. 2. DE SUSTENTACIÓN: Son aquellos en los que la cuerda se hace imprescindible porque no hay donde colocar los pies. Para poder progresar de manera adecuada nos podemos ayudar de nuestro pedal, o de estribos colocados en los anclajes. Es importante tener en cuenta que no todos podemos hacer las misma cosas. La tensión de la cuerda es importante. No se trata de tensarla al máximo, pero sí de dejarle el mínimo de comba para que no resulte muy complicado progresar por ella. Los nudos a utilizar serían el de Mariposa y el Ballestrinque. La distancia entre ellos es difícil de armonizar. Si es demasiado larga, la comba cuelga en exceso y la progresión se hace fatigosa. Si hay demasiados anclajes se alarga la maniobra de cada uno al tener que pasar los cabos de anclaje muchas veces. Tirolina: Es una instalación horizontal o inclinada, destinada a salvar grandes distancias sin anclajes intermedios. Cuando en una tirolina el ángulo que se forma en el centro con el espeleólogo colgado es mayor de 120o, las fuerzas que tiran de los anclajes son muchísimo mayores que la carga. De esta manera, habrá que tener siempre presente que hay que hacer, en ambos extremos, anclajes dobles o triples, y que la tensión de la cuerda debe adecuarse a lo que se necesite, y no más. Hará falta más tensión en una tirolina horizontal que en una inclinada. En este último caso, lo tensores se colocarán en la parte más baja, que es donde menos tensión se produce una vez que esté cargada la cuerda. Hay que instalar siempre una cuerda de seguro, que no es sino otra tirolina paralela, aunque la de seguro conviene que no esté tan tensa para evitar que frene la progresión y estará en mejor disposición en caso de que la cuerda de soporte se suelte o se rompa. En el tensado utilizaremos un polipasto de alto grado de desmultiplicación con el objeto de poder tensar sin demasiado esfuerzo. De esta manera, utilizaremos tres o cuatro reenvíos, asegurados con autobloqueantes mecánicos. Si no disponemos de ellos y hemos de utilizar nudos, estos no deben ser nunca machard de dos senos. Si se trata de ascender por un plano inclinado, sería conveniente montar otro polipasto para tirar del cuerpo del espeleólogo. Este, si se tuviese suficiente longitud de cuerda, estaría anclado en la parte más alta, sería reenviado desde una polea situada en el mosquetón de seguridad del arnés, y volvería a ser reenviada desde el extremo más alto. Si el explorador cuelga de una polea de la cuerda de sustentación, tendría que hacer la mitad de fuerza que su propio peso. Instalación de grandes pozos. Hay ocasiones en las que al meternos en una cavidad nos encontramos con un gran pozo. Tanto la instalación como la desinstalación son tareas laboriosas que llevan su tiempo y que además no se puede hacer de cualquier manera, porque nos jugamos mucho en que todo esté perfecto. Cuando hay que bajar 80 m o más, y hay que instalar numerosas chapas, y no digamos si hay que ir colocando spits, el avance resulta extremadamente lento. Acometer la exploración todo el grupo supone que se van a ir aumentando los retrasos, y por lo tanto, para la mayor parte, el tiempo de inactividad. Esto trae como consecuencia una perdida importante de calor. Por esa razón, y para evitar esas esperas que no nos llevan más que a perder calor, tiempo y en ocasiones hasta los nervios, nosotros pensamos que lo mejor es que la instalación de una cavidad con grandes pozos la efectúen un máximo de tres o cuatro espeleólogos, en función de la cantidad de material a instalar. El que baja de primero, será el encargado de ir realizando los anclajes, pudiéndose rotar para evitar cansancios. Deberá bajar la saca con la cuerda y material de instalación (burilador, spits, maza, cintas y mosquetones). Para evitar que vaya sobrecargado de peso, los otros espeleólogos deberán transportar también parte del material. Según el primero lo vaya acabando, se le irá pasando lo que precise en nuevas sacas. Una vez que esté instalado el pozo, se sale de la cavidad y se descansa lo que sea preciso. Después podrán volver a entrar con el resto del equipo de espeleólogos y explorar el fondo de la cavidad. A la hora de desinstalar, de nuevo un máximo de tres o cuatro (en función de la cantidad de material), deberán acomenter esta tarea. El resto deberá llevarse el resto del material de la exploración (fotográfico, de topografía, sacos de dormir y hamacas si los hubiera, restos de basura que haya que sacar, etc.), dirigiéndose directamente hacia la salida. Obviamente, el último es el que va desinstalando y ensacando la cuerda, y conviene que en determinados puntos se reúna con los otros de manera que les pueda ir pasando el material acumulado. En caso de que sea mucho peso, se puede ir subiendo con la instalación de un polipasto que el primero del equipo de desinstalación vaya montando
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