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La película.

Por último, tenemos que contar también con las características de la película que vayamos a utilizar. Sin complicarnos mucho la vida, es fundamental que sepamos que no todas las películas tienen la misma sensibilidad. La sensibilidad es la capacidad de absorber más o menos luz. A mayor sensibilidad, mayor cantidad de luz recoge y menor necesitará ser el diafragma y el tiempo de exposición de la velocidad de obturación. Esta sensibilidad de la película nos la da el fabricante con unidad ISO. Así, podemos encontrar en cualquier tienda fotográfica, películas de 100 ISO, 200 ISO, 400 ISO, 800 ISO e incluso 1000 ISO. En principio, uno piensa que cuanto mayor sea la sensibilidad, mejor saldrán las fotos en las cuevas. Esto en principio es verdad, pero hay que tener en cuenta que si necesitamos una película para una buena foto con mucha sensibilidad (por ejemplo una sala de esas inmensas), posiblemente la siguiente foto que queramos hacer necesite una sensibilidad mucho menor (para fotografiar, por ejemplo, los dientes de una bandera o la figura de un murciélago que está descansando). O llevamos una cámara con cada película, o mejor llevamos una sola cámara con una película de sensibilidad media. En espeleo, lo mejor será utilizar películas como poco de 200 ISO y como mucho de 400.